viernes, 20 de noviembre de 2009

Heridas que no cierran


Han pasado casi treinta años desde el inicio del conflicto armado en el Perú y hasta la fecha hay casos que no se resuelven, muertos que no descansan en paz y cientos de mujeres que no encuentran justicia para sus hijos, sus esposos y para sus propias vidas. De acuerdo al registro único de víctimas, hasta agosto del 2009 se tenían registradas 503 denuncias por violación sexual y 29 por violencia sexual, casos que hasta la fecha no han sido judicializados en su mayoría.

Según informó Diana Portal, encargada de la línea jurídica de la ONG Demus, Estudio para la Defensa y los Derechos de la Mujer, la inexistencia de normas nacionales específicas para el procesamiento de la violencia sexual en conflictos armados hace más difícil la labor de la administración de justicia, además que no se consideran como delitos de lesa humanidad, pese a que los tratados internacionales sí lo hacen.

Fuera de las estadísticas
Portal también aclaró que el número de denuncias registradas oficialmente no abarca la totalidad de casos, pues en la mayoría de mujeres que fueron atacadas sexualmente prefieren mantener el silencio el hecho, o si lo denunciaron en el momento en que ocurrió, ya no quieren hacerlo nuevamente por temor a represalias y porque el Estado no les da garantías. “Por ejemplo, en el caso de los poblados de Manta y Vilca, en Huancavelica, de las 24 denuncias que se tienen, hasta la fecha solo 7 mujeres valientes han seguido adelante con su denuncia”, añadió.

En cuanto a las reparaciones económicas, el Estado hasta la fecha ha tenido un papel casi nulo. Los representantes de Demus criticaron el accionar del presidente Alan García, a quien se le responsabilizó de muchos de los hechos registrados en el conflicto interno, pues sucedieron durante su primer mandato presidencial.

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